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Huellas II

Actualizado: 7 ene 2023

Continuando con los rastros de las distintas sociedades a lo largo de nuestra historia como especie, es desde luego fascinante y necesaria la historia un tanto más cercana, la republicana, la moderna y la actual.


Realizado por Luis Acosta Villarreal 30 de julio de 2020.



Volvemos al continente americano,-el nuestro- el estilo aborigen de arquitectura fue suplantado violentamente por el gótico propio de Europa Occidental, además su credo, modelo económico, gastronomía y vestir fue trastocado. Después de unos 290 años de dominación sanguinaria y de aniquilación casi que total hacia este componente social, llega un pequeño respiro, Napoleón Bonaparte expandió el dominio Francés en Europa y

/Napoleón y José Bonaparte.


propinó un golpe militar a España, derroca al Rey de entonces y coloca a su hermano José Bonaparte I rey de Napolés. Este gran cambio político conllevó a que los criollos de la nueva granada encabezados por Simón Bolívar aprovecharán ese debilitamiento español y se ensancharan contra ellos para derrocarles. Hecho que sucedió y se vio materializado en la Independencia en 1819. Pero la cura salió más mala que la enfermedad.



Y es que este dicho se encasilla muy bien en lo que ocurrió, la élite criolla de entrada les incumplió a los indígenas y afrodescendientes, no les dio la libertad prometida antes de la guerra, Bolívar los engañó y se las dio a sus hijos, es decir, los cimientos de nuestra República nunca fueron organizados por el pueblo, fueron organizados por españoles que no tenían


/Biblioteca Luis Ángel Arango


más que poder económico. El estilo arquitectónico aborigen no volvió, en vez del gótico, fue el estilo republicano el impuesto, mucho menos alto y con detalles más cercanos a la sencillez humana. La falsa esperanza de volver a lo anterior se desvanecía enormemente.



América se convirtió entonces en un mix de todo tipo de modelos económicos, los colonos españoles eran en Europa feudalistas, pero cuando se encontraron con excedentes para poder invertir y lucrarse aún más, sumado al bloqueo por parte de los turcos en la toma a Constantinopla en 1453 se volvieron por necesidad mercantilista, buscando nuevas rutas de comercio. Y entonces, para

/Emigrantes en algún puerto Español.


sustraer la mayor cantidad de ganancias, aquí en América instauraron una especie de Neo-esclavismo, el cuál ya hemos abordado en algún nivel de detalle, pero con la caída de los españoles, y el auge de la burguesía tanto europea como criolla local, durante la segunda mitad del siglo XIX vivimos un modelo económico de liberalismo clásico. La oferta y la demanda era lo que determinaba nuestro desarrollo. Y a inicios del siglo XX, vivimos nuestro auge arquitectónico, el estilo moderno propio de emigrantes que huyeron de la primera Guerra mundial y se instauraron aquí, además de ese estilo, el modelo económico del capitalismo.



Ante tal recepción de europeos, pero también de árabes, africanos del norte, centroamericanos y norteamericanos, surgió de estos últimos la creación del barrio El Prado en Barranquilla, puntualmente Karl Calvin y Robert Parrish, los cuales en el año 1920 planificaron


/Barrio El Prado siglo XX.


unas calles y viviendas en forma de cuadricula, con amplios ante jardines y con solidas columnas que equilibrarán las cargas de la estructura y le dieran un carácter esbelto a las mismas. Aspecto que fue reconocido a nivel mundial, como la primera urbanización en términos de urbanismo de América en el siglo XX.



Seguimos en nuestra Arenosa, otro emigrante, esta vez cubano, Manuel Carrerá crea en 1939 el edificio Ascanio García en honor a este empresario cienaguero, y se diferencia del estilo moderno principalmente en que este no es propiamente una casa con grandes


/Edificio Ascanio García siglo XX.


ante jardines, sino por el contrario es una unión de varios departamentos con más pisos de altura, que simboliza los diseños industriales de la época permeada de manera principal por el auge del capitalismo en su primera fase. Este edificio tiene forma de barco y tiene una combinación de colores sutiles y no muy fuertes que hacen al observador o al huésped viajar por los senderos de la imaginación. A tal punto de ser actualmente patrimonio cultural del Distrito especial, industrial y portuario de Barranquilla.


Finalmente, saltamos a las tendencias actuales, el desarrollo del estilo moderno en nuestro país se tocarán en mayor profundidad en otra ocasión, el mundo actual vive otras lógicas, ya no es la lucha entre los criollos y europeos, o se preocupa por el desarrollo industrial, ahora se lucha contra el cambio climático y se procura el desarrollo sostenible. Los arquitectos recientes se decantan por una corriente más alineada al capitalismo salvaje llamado Neoliberalismo entendido como el modelo económico globalizador, como Rem Khoolhaas

en donde tenemos entre muchas obras el Garage Museum of Contemporary Art, creado en 2014 en Moscú, Rusiaen donde el estilo es extremadamente sencillo sin mucho diseño innovador y más bien a la tesis ya planteada de cumplir con los fines empresariales que contrata sus servicios.


/Garage Museum of Contemporary Art. en Moscú.


Y está otra corriente que procura algo más equilibrado entre sostenibilidad y la generación de utilidades. En esta linea se encuentra Bjarke Ingels, el cual tiene edificaciones creadas como la Big Maze en el museo nacional de edificios en Washington D.C. en el año 2014. Combinando las solidas infraestructuras con la interacción de los observadores con un laberinto a base de materiales biodegradables.

/ Big Maze, Washington D.C.

Así como también se ha innovado en la forma de diseñar debido a las herramientas tecnológicas, el mismo Bjarke Ingels nos regala muchos de esos ejemplos, por traer a colación solo uno, el de Big Quito de un modelo de ciudad sostenible. Y que está en

proceso de construcción, en los próximos años se entregará. Bajo esa lógica los estudiantes de arquitectura no se quedan atrás, innovadores y a la vanguardia de la coyuntura actual. He aquí un diseño en SketchUp del estudiante Henry Horduz de arquitectura en la Universidad del Atlántico.


/IQON, Quito,Ecuador.



/Diseño en SketchUp - Henry Horduz.


El reto es claro, y el talento aún más, las huellas se siguen especializando y afinando cada vez más detalles, con el ingrediente vital de que ya no solo se juega el estilo arquitectónico, sino también nuestra existencia en el planeta, adecuar las representaciones físicas que describen un momento histórico determinado de la vida humana, hay que apuntar a la arquitectura de la salvación, a la del equilibrio ecológico y económico, al desarrollo sostenible, a volver a meter mano en el diseño y arrebatarle a las constructoras su afán homogeneizador, gris, aburrido y sistemático de solo construir suprimiendo la esencia del arte en la edificación. Que este camino realizado en grandes trazos de nuestras huellas como humanidad nos lleve a la reflexión de otras, es decir, a mirar no solo en Asia, Europa, América y África. Hay otro continente que no ha sido mencionado como lo es Oceanía y que tiene un estilo arquitectónico que nos puede servir para complementar lo que se sabe o descubrir lo que no.


Así como también no solo mirar en las ciudades más importantes de Colombia el desarrollo, sino también acercar a las demás poblaciones del país el mismo, rastrear las huellas desconocidas y ayudarlos a levantar del duro yugo de la miseria y el abandono, que sea el inicio de grandes transformaciones, de una huella aún más importante, la de la esperanza.


/Esperanza- Henry Horduz.


Referencias bibliográficas


Barrio El Prado: la historia antes de su fundación. Consultado en:


Bjarke Ingels; el arquitecto que construye el futuro. Consultado en:


Claramunt, S. (1980). El Arte de la Baja Edad Media Occidental como exponente de una nueva mentalidad. Acta historica et archaeologica mediaevalia, (1), 133-142.


Edificio García: La casa de las ideas. Consultado en:


Koolhaas, Rem. Consultado en:


Lander, E., & Castro-Gómez, S. (2000). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales: perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales-CLACSO.


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